En ellas nos hablaron de la importancia de la inclusión de los alumnos con ciertas discapacidades que les impedían seguir un día a día normal o aprender con facilidad.
En primer lugar realizaron varias personas de asociaciones distintas unas presentaciones y explicaciones de cómo ayudan y actúan con estos niños, realizado esto se procedió a una rueda de preguntas en la cual salieron algunas como la inclusión de las TIC en estos aspectos.
Seguidamente después de una larga charla procedimos a los diferentes talleres del que se componían las jornadas, uno de ellos fue realizado en el gimnasio en el teníamos que recorrer un circuito con conos y obstáculos con un antifaz en los ojos y un palo de ciego. Este fue el recorrido de la ONCE el cual fue ameno ya que podíamos ir primero solo y en la segunda vuelta guiarnos por otra persona o guiarla nosotros.
El siguiente taller fue el de musicoterapia en el nos enseñaron que a través de la música se puede ayudar a mucha gente, por ejemplo gente con depresión que le es más fácil salir de ella con ayuda de la música.
Con estos talleres la mañana se nos hizo más amena pero en realidad lo que aprendimos y el jugo que le saco yo a esto es que en muchas ocasiones a la hora de ponernos en la situación del otro nos es muy difícil, por ejemplo con el taller de la ONCE nos pudimos percatar de lo que es el no poder ver, el tremendo agobio que sufres si al andar no eres consciente de por dónde vas. Y que numerosos niños tienen esta minusvalía.